‎"La utopía está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se desplaza diez pasos más allá. Por mucho que camine, nunca la alcanzaré. Entonces, ¿para qué sirve la utopía? Para eso: sirve para caminar."
Eduardo Galeano

dilluns, 14 de desembre del 2009

Papel de fumar

Como un papel de fumar se encenderán mi pasado, mi presente, y tal vez mi futuro, y lo borraré todo. Los escupiré con el humo que saco al respirar, quemarán y arderán bajo mi mirada impaciente. Desaparecerán de mis recuerdos y quizás seré un poco más libre que ahora. Aunque alguien dijo alguna vez que lo único que existe es el pasado y no podemos esperar nada más. Quizás sea así, y entonces yo viviré al máximo, pues no hay nada que temer. Si lo único vigente para nosotros es lo que ya hemos hecho, ¿para que preocuparnos de lo que haremos? ¡Disfrutemos todos de esta vida pagana, y ya llorarán otros nuestro pasado y recuerdo! Intuyendo el movimiento de los Dioses en nuestras cabezas, escondámonos de sus miradas y bajemos al infierno a saludar a Ades, disfrutemos del vino con Dioniso, y quizás Afrodita quiera hacernos algún que otro favorcito.
¿Quienes somos nosotros? Somos nada más que "una mota de polvo en el viento", pues algún día desapareceremos. Entonces, ¿para que deben existir las preocupaciones, el dolor y el orden establecido en esta sociedad? Debajo de unos hechos determinados que nos guian, nosotros nos dedicamos a intentar ser dueños de nuestras vidas, de nuestros sueños, personas, sentimientos! vaya hombre! como vamos a controlarnos, como vamos a ser dueños de algo inexistencial? lo sentimos? lo vivimos? lo tememos? no! pues deberiamos. La vida en general es lo único que debería causarnos miedo, deberíamos temblar bajo su mirada, deberíamos huir de ella (aunque aprovechándola un poco. Su paso nos hace sufrir, y acostumbrados a hecharnos las culpas unos a otros y "al destino", cruzamos la calle y ni siquiera la saludamos (desvergonzados!)
Oh por Dios, de verás te hice daño? cuanto lo siento.
Pero no me heches las culpas, hombre, no es mi culpa si el sol brilló demasiado ese día y me quedé ciega, si el viento me empujó hacia él y me indujo a hacer cosas feas. No fue mi culpa si esta vida que llevo me aleja, me acerca, me aleja y me caigo profundamente pues creo que ya me he cerrado del todo (con puerta doble por todos).
Yo si la temo, temo al dolor, temo a la vida, y eso me encanta. Pues crece en mi interior una adrenalina que me hace temblar.
Creo que estoy jugando con fuego, y me estoy quemando, pero no sabes lo que daría por arder enterita si de eso se tratara, pero hoy no podrá ser. Creo que el fuego me dará paso otra vez y las estrellas esas de allí lo alto volverán a sonreirme como siempre sin saber que la luna y el sol se estan besando en sus espaldas. Y yo lo observaré todo todito, desde lejos, segura debajo de mi árbol preferido comiendome una de sus manzanas, tal como Eva pero sin Adán, que pena.




when the top of the world falls on you.