‎"La utopía está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se desplaza diez pasos más allá. Por mucho que camine, nunca la alcanzaré. Entonces, ¿para qué sirve la utopía? Para eso: sirve para caminar."
Eduardo Galeano

diumenge, 8 de febrer del 2009

8209

El frío retumba en tus oídos,la lengua se te traba, los ojos sueltan líquido por doquier. Un cuerpo te tapa de cualquier dolor aunque no puede entender que el mayor dolor empezará cuando se vaya. Lo que hago no es solo respirar, es vivir. La calle parece que se te eche encima, rueda y aún hace más viento, que te susurra en el oído.. caminas dando tumbos y todo da giros a una velocidad vertiginosa. La puerta, llaves, entras, cojes el mobil, te llaman. El gato molesta mientras chiquitita se cabrea por la poca cobertura y tu no eres capaz ni siquiera de coordinar dos palabras seguidas sin sentir la sensación de respiración entrecortada. Bueno, quedais que el ordenador arreclará los errores.
Subes, esquivas humanos que ni te vienen ni te van. Te preparas.
Comes toda la reserva de chocolate y de todos los tipos que había en tu cajón, mientras se te inunda la vista y te desahogas haciendo que los protagonistas de un videojuego luchen y mueran, y lo peor es que te dan envidia porqué a ellos no parece afectarles. Hasta sueltas algun que otro insulto y intento de palabra, que no se sabe bien para quien va. Dejas que poco a poco fluyan un mar de sentimientos y vas quedandote más tranquila. Pero hasta parece que la luz del lavabo se funda expresamente para que no veas tu propio rostro, que el secador te enrede más el pelo rebelde zanahoria, que las escaleras parecen más eternas. Recuerdas una vieja canción.. "Cantaremos cuentos por las calles, de esos que terminan mal"...
El poco sol que quedaba se lo comió la noche y tu te vas autodestruir por no encontrar el puto tema de un poema, por los franceses y por la biologia.
Tanta coincidencia que odias, y hasta se os juntan los niks y acabais de ladito ladito, diferentes palabras, muchos silencios.
Y es que ni siquiera puede llegar a imaginar lo mucho vivido con el y tantos momentos, ni siquiera puede entender que nunca podrás olvidarlo.

Porqué si temblaba no era por el frío.